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El avance hacia edificios más eficientes en España se apoya en soluciones innovadoras como paneles solares, miniturbinas eólicas, morteros ecológicos, materiales aislantes de origen biológico y pinturas que bloquean los rayos UV y estabilizan la temperatura. La transformación energética del sector está en marcha, impulsada por el progreso tecnológico y la normativa europea. La meta es clara: a partir de 2030, toda nueva construcción deberá ser de emisiones cero, y en 2050, el parque inmobiliario de la UE deberá estar completamente descarbonizado.

Esta transición no es opcional, sino esencial. “Es la única vía para lograr los objetivos climáticos”, enfatiza Cecilia Foronda, responsable del área de Energía y Personas en Ecodes. Según la Comisión Europea, los edificios representan el 40% del consumo energético en el continente y el 36% de las emisiones asociadas. No obstante, alcanzar la neutralidad de carbono sigue siendo un gran desafío, ya que tres de cada cuatro edificaciones en la UE, y cuatro de cada cinco en España, aún presentan una baja eficiencia energética.

Dado este panorama, la eficiencia energética debe ser una prioridad. “Cuando se diseñan o rehabilitan edificios con tecnología avanzada, la demanda de energía se reduce considerablemente, lo que minimiza la necesidad de calefacción y refrigeración tradicionales”, explica Antonio López-Nava, director gerente de la Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Energética (A3E). Además de reducir el impacto ambiental, estas mejoras pueden generar un ahorro económico significativo a largo plazo.

Rehabilitación y aislamiento

Para optimizar el consumo energético, el primer paso es mejorar el aislamiento térmico de los edificios. “El 40% de las pérdidas de energía provienen de las paredes”, indica Javier Álvarez, responsable del departamento Técnico y de Estrategia de Mercados de Sto Ibérica. También es clave reforzar techos, suelos, ventanas y cerramientos.

Un método eficaz para reducir el consumo es el sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE), que recubre las fachadas con materiales que ayudan a regular la temperatura interna. Según un informe de la Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes (Afelma) y la consultora Arup, el uso de lanas minerales puede disminuir hasta un 65% las emisiones de CO₂ de un edificio a lo largo de su vida útil. “Estas lanas son 100% reciclables, lo que refuerza la economía circular en un sector que genera más del 35% de los residuos en la UE”, subraya Miguel Ángel Gallardo, presidente de Afelma.

Climatización y producción de energía

Otro aspecto clave es la climatización eficiente mediante equipos de alta eficiencia como sistemas de aerotermia, bombas de calor y aires acondicionados con clasificación A+++. “La aerotermia aprovecha el calor del aire exterior para climatizar los hogares, logrando hasta un 75% de ahorro frente a métodos convencionales”, señala Harry Hospitalier, director de Mercados Técnicos de Leroy Merlin. También es crucial el uso de bombillas LED, el aprovechamiento de la luz natural, los aireadores de grifo para reducir el consumo de agua y la instalación de dispositivos inteligentes para controlar el gasto energético.

La generación de energía propia es otro pilar de la sostenibilidad en la edificación. “Paneles fotovoltaicos, turbinas eólicas integradas y sistemas geotérmicos son soluciones cada vez más extendidas”, destaca López-Nava, de A3E. Además, las estufas de biomasa, como las de pellets, se están convirtiendo en una alternativa popular.

A pesar de los avances, persisten obstáculos importantes. Uno de los principales retos es fomentar el autoconsumo compartido mediante la instalación de placas solares en edificios municipales, facilitando el acceso a la energía a quienes no pueden costear su propia instalación. “También es fundamental ofrecer ayudas específicas para que las personas en situación de pobreza energética puedan rehabilitar sus viviendas”, insiste Foronda.

Los costes de reforma siguen siendo una de las principales barreras para modernizar el parque inmobiliario. Según López-Nava, otros problemas incluyen la complejidad de acceder a subvenciones, la dispersión de los programas de ayuda y los largos plazos de concesión y cobro. Sebastián Molinero, secretario general de la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac), recalca la importancia de la concienciación ciudadana. “No se trata solo de intervenciones aisladas, sino de generar una verdadera cultura de rehabilitación en el país”, concluye.

Un ritmo de modernización insuficiente

A pesar del impulso de los últimos años, España sigue avanzando a un ritmo muy inferior al de otros países europeos. “Para cumplir los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 y la Estrategia para la Rehabilitación Energética del Sector de la Edificación (ERESEE) 2020, el ritmo de rehabilitación debería multiplicarse por 50”, advierte López-Nava. Actualmente, se reforman unos 6.000 edificios al año, una cifra muy lejana a los 300.000 anuales que marca la ERESEE 2020.

Para lograr la transición energética en el sector de la construcción, España necesita acelerar el proceso con medidas más ágiles y accesibles. Sin un cambio de ritmo, cumplir con los objetivos europeos seguirá siendo un desafío difícil de alcanzar.

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